3 jóvenes surfistas cuyo nombre necesitas recordar
Aunque muchos de nosotros nos animamos a probar el surf estando ya creciditos (¡Recordad que nunca es tarde para surfear!) hay muchos jóvenes -cada vez más- que deciden probar suerte con el deporte más adictivo del mundo y, al parecer, descubren que habían nacido para ello. Sí sí, es muy fuerte ver cómo a edades tan tempranas se puede desarrollar una técnica tan pulida que parece que solo los años puedan darte. La falta de miedo, la agilidad y energía de los más jóvenes son sus mejores aliados. Hoy os traemos 3 jóvenes surfistas a l@s que, seguro, les seguiremos la pista:
Macy Callaghan tiene solo 18 años pero es que, con 16, se hizo con el título de campeona del mundo en Australia, su país natal, y, a día de hoy, sigue tanto en campeonatos senior como junior. Cómo no, su aspiración es el World Tour y, desde luego, si sigue a este ritmo, pronto veremos como ese sueño se convierte en realidad.
Barron Mamiya. Nacido en el año 2000, lleva subido a la tabla desde la tierna edad de 3 añitos, ¡y no solo eso! Verle surfear grandes olas es de lo más asombroso que hay: su gracia y naturalidad demuestran que ya tiene en su haber una gran experiencia en las olas de Oahu. Según su propias palabras, «debes creer que eres el mejor para ser el mejor» y, sin duda, a él no hay ola ni tabla que se le resista.
Jake Marshall es, junto a Mamiya, uno de los jóvenes surfers más prometedores del mundo. Nacido en el 98, se declara fan del yoga y su dieta, además de vegetariana, está muy vinculada a su entrenamiento. Jake se lo toma en serio. Tenía seis años cuando probó por primera vez el deporte más adictivo del mundo y, con 10, ya había firmado con Hurley. Hoy en día es surfista profesional y se dedica a viajar por el mundo en busca, cómo no, de las mejores olas.
¿Qué os parece? ¿Algún/a joven en la sala con ganas de comerse el mundo? Pronto os traemos más noticias sobre otro@s apasionados del surfing que, sin duda, se constituirán como un hito interesante en nuestro deporte favorito. Mientras tanto, ¿nos vemos por Corralejo?